Sigue, sigue!!
No sé quién es el autor, pero me gusta esta frase: "El camino hacia tus sueños puede ser difícil, pero cada paso te acerca más a tu meta."
Una tarde, entrenando en la pista de atletismo del Campus, se me acercó mientras descansaba un poco, una profesora de gimnasia que había sido mi profesora durante el primer año del liceo: Ana Udini. Ella trabajaba allí y dirigía un grupo de atletas que representaban al Campus en diferentes campeonatos, sobre todo, en Montevideo. Me invitó a unirme a su grupo, eran varios jóvenes y de diferentes institutos. Acepté y fue una excelente invitación, de esas que te cambian la vida sin que te des cuenta.
Esa invitación me llevó a levantarme a las 5 de la mañana durante los veranos para ir a la Parada 16 donde nos encontrábamos todos los del grupo de atletismo para hacer la pre-temporada. Corríamos por la orilla de la playa hasta la Parada 1 y luego volvíamos haciendo juegos en arena suelta. Nos cansábamos, mucho, mucho. Luego nos íbamos al Campus donde jugábamos al voleyball durante un rato y finalmente nadábamos otro rato en la piscina, como relajación. Cuando volvía a mi casa, luego de tanto ejercicio, me comía media heladera!!
Muchas fueron las madrugadas de los domingos para tomar la Onda a eso de las 5-6 de la mañana que nos llevaba a la pista de atletismo de Montevideo, en el parque del Prado. Muchos también fueron los campeonatos del Interior donde gritábamos como locos animando a nuestros compañeros llevando la camiseta azul y blanca del Campus. Muchas fueron las victorias y también muchas las derrotas. Pero siempre había algo para reírnos a carcajadas.
Una vez, íbamos a correr la posta de 4 x 100. En esa oportunidad solamente había tres equipos que no recuerdo de dónde eran. Yo siempre fui la que salía en la primera curva pero justo ese día, no re cuerdo tampoco por qué motivo, Ana nos cambió de lugar y me puso a mí, corriendo la última recta, o sea, rematando la posta, llegando a la meta. Íbamos bien, muy parejos los tres equipos, hasta entrar en la última recta, donde me tocaba a mí correr. Recibí el testimonio y corrí lo más rápido que podía. Concentrada en nuestra entrenadora, quien estaba al lado de la meta y no hacía más que saltar y gritar: dale! avanza! sigue! sigue! no mires atrás! sigue! más rápido! tu puedes!!! Y llegué y fuimos las que primero llegamos a la meta.
Al finalizar la carrera, luego de los festejos y abrazos entre mis compañeras, miré hacia atrás. Los otros dos equipos habían dejado de competir ni bien comenzaba la última recta. Una chica de uno de los equipos se cayó y la otra no recibió bien el testimonio y no pudo continuar.
A pesar del paso del tiempo, esa carrera está en mi mente con la imagen imborrable de Ana alentándome. Si yo hubiese mirado hacia atrás o los costados, no me hubiera preocupado en esforzarme en correr más rápido. Simplemente hubiera seguido sin prisa y quizás hasta me hubiera detenido a preguntar si valía la pena seguir corriendo sola.
Este recuerdo me ha hecho pensar más de una vez en mi vida, en levantarme y seguir. A pesar de todo, a pesar de que parezca que no vale la pena, aunque los demás no sigan, aunque esté sola. Absolutamente todo ser humano tiene pruebas en la vida. Algunos antes, otros después, pero todos las tenemos. Yo te digo que vale la pena, que aunque parezca difícil, tu puedes, más de lo que te imaginas. Aunque no des varios pasos a la vez, aunque vayas lento, cada paso te acerca más a tu meta. Lucha por tus sueños, no los dejes ir. Cada uno de ellos, grande o pequeño, vale la pena!

Emocionante. 👏
ResponderEliminarA veces se va lento para que otros lleguen.
A veces para ir disfrutando del camino.
Otras veces para que no sea un sueño para plantar una temporada y se hagan los cimientos necesarios.
Es verdad cada paso es importante.
Un abrazo, te quiero Moni.
Gracias, es muy linda esa experiencia.
Gianella