Siempreviva
Una pareja de amigos en
Alicante me invitó ir al velatorio del hijo de una conocida mía. Acepté y
fuimos. Era de noche. El fallecido era un joven de unos veintitantos años.
No tenía ni idea de dónde
estábamos ya que no hacía mucho tiempo que vivía en Alicante y a decir verdad,
jamás se me hubiera ocurrido indagar sobre las diferentes salas
velatorias existentes en la ciudad. Al bajarnos del coche, estábamos frente a un
hermoso edificio de unos 3 pisos de altura. Que bonito y lujoso hotel -pensé
mirando el edificio- que mala suerte que este justo al lado de una empresa
funebre. En menos de dos minutos, siguiendo a mis amigos, estaba yo
entrando en el “bonito hotel” que en realidad era la empresa funebre!
Una chica muy simpática estaba
en la recepción y nos acercamos a preguntar dónde era el velatorio al que íbamos.
Era en el Segundo piso, podíamos usar las escaleras o también el ascensor.
Decidimos que las escaleras eran mejor, supongo que eran mejor para que yo
pudiera ver mas de la empresa, pero definitivamente no para mis rodillas.
Llegamos al Segundo piso. Había una sala de estar enorme, con varios sofás y mucha gente. Me asombré al
ver a tantos y pensé que seguramente era una persona o familia muy conocida. Noté
que alrededor de esta enorme sala con sofás, había diferentes puertas sobre uno
de sus costados. Estaban abiertas y en cada una de estas habitaciones pequeñas,
había aún más gente. Ven, dijo mi amiga, es aquí. La seguí a una de esas
salitas. Al entrar había un sofa y una mesa, se escuchaba una música bajita y
recto, hacia el final de la habitación había unas cortinas. Saludamos a
la mamá del fallecido, también a otros conocidos. De pronto, alguien abrió la
cortina de la gran ventana y vi que detrás estaba el féretro rodeado de
arreglos florales. Ya me había preguntado yo por el difunto que no veía por
ningún sitio! El fallecido estaba en otra pequeña habitación al otro lado de la
ventana, con refrigeración. Aprendí que hay gente que no quiere que se vea al difunto, entonces mantiene las cortinas cerradas y pone una foto de la persona y con esa imagen te quedas.
Fue entonces cuando me di
cuenta de que toda la gente que había visto antes, en el grande y espacioso living, era para otros velatorios y
que cada una de las puertitas a lo largo de la sala enorme, eran otras salas
velatorias!
Muchas sorpresas tuve en un
rato, la que más me impactó fue sin duda el nombre de la funeraria, que quieras
o no, no deja de ser positivo y dar esperanza a los que pasan por allí: La
Siempreviva.
Quién pudiera hablar con quien nombró a la empresa así, a ver qué estaba pensando...!
ResponderEliminarya te digo!
EliminarLa verdad que una experiencia única y el nombre muy positivo !!!
ResponderEliminarHola amiga, está bueno conocer a través de tus relatos cosas diferentes, abrazo grande
ResponderEliminarAdriana.- Mi querida y bella amiga. Interesante, como en otras culturas, de una u otra forma, es el respeto y cariño, para aquellos que partieron. Ya desde el nombre, marca la diferencia. Abrazo.
ResponderEliminarMonica en Mallorca se lleva a los difuntos al Tanatorio que estan en los cementerios a la entrada. No como se acostumbraba en Uruguay que hay distintas empresas funebres y uno elije donde velar al fallecido. Hay muchas veces que lamentablemente se elije por presupuestos.... aca como pueblo en la isla se sigue manteniendo que dejan una hoja con los datos y foto del fallecido....queda en los locales como las farmacias y locales los datos de la persona para que sepa....en fin...culturas distintas...
ResponderEliminarmira....interesante!
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